martes, 1 de noviembre de 2011

arriba y abajo

" Escribe comedia cuando estés triste y drama durante los subidones". Magnífico consejo, tanto para la obra como para el obrero. Por un lado equilibra el tono de lo escrito y por otro supuestamente recuerda lo efímero de las emociones. Pero para casos bipolares como el mío, te condena a una cíclica tragicomedia.
Resulta agotador ser uno de mis personajes, tienen épocas fantásticas, plenas, desaparece el sarcasmo y la ironía ya no ofende( mis días de ver compulsivamente "los Tenembaums", edredón y caladas largas mientras observo como se consume el cigarro). Llega el final del capítulo y todo se vuelve rutinario, encharcado y cínico, mientras su creador con una perenne sonrisa piensa lo poco de oficio que tiene vivir. Al acabar el relato, sintiéndome culpable siempre los dejo acostaditos en la cama, se han ganado un buen descanso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario