domingo, 30 de octubre de 2011

memento sincrónico

Tenía sus cositas la chica. Pero no tenía memoria. Mi partes cursi y orgullosa estaban realmente dolidas. No podían aceptar que al cabo de unas horas de polvazos y momentos que mi parte cursi dice mágicos, pero que mi parte orgullosa prefiere llamar de sintonía ya solo existieran en mi memoria.
Las primeras veces me hacía dudar de sí me estaba volviendo loco y estaba viendo Avatar en 3 D y ella Dogville. Pero no, estancados en la modernez, ella vive el presente mordisqueando el futuro, cuando yo todavía estoy haciendo la digestión del pasado. Siempre comí despacito.

Ante este panorama me venía a la mente Guy Pierce con el cuerpo por Post it recordándole lo necesario para abordar el día. A pesar lo mucho que me atraía ver el contraste entre un cuerpo tan blanco con la oscura tinta me comporté como un caballero como cuando entre condón y pastillas o DIU eliges el atolondrante látex( sí es cierto es más bien impuesto). Antes de cada encuentro me pimplaba media botellita de ron y el resto tras cada tontería que salía de mi boca o cada vez que ella me hacía sonrojar. Al día siguiente estábamos iguales, aparte del nombre de la chica y y que las aspirinas no solucionan todo, pocas certezas más. Mirando un poco el panorama de alrededor intuía sin mucho interés qué había sido de la noche en blanco.

En esto de las cosas de pareja, la sincronía debiera ser el punto de partida de cualquier relación. Los dos en el mismo punto de salida, marcando el paso, orgasmeando a la vez, diciéndose las cosas efímeras que jurarías que serán para siempre. O puestos a pedir imposibles alguna dosis de inteligencia emocional.
En ese cajón de sastre meto conocerse a sí mismo, lo cual ocupa casi todo el espacio. Comprimido al lado pongo saber qué se quiere. Colgando del tirador pensar que el tiempo todo lo arregla. Y trazado sobre la madera del cajón un mapa para localizar en el trastero un poco de realismo, un montón de relativismo y un mucho de perspectiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario