miércoles, 2 de noviembre de 2011

crecimiento testicular

Siento no haberte enseñado mis huevos antes pero tampoco es que los escondiera, siempre estuvieron ahí, solo que con las margaritas y rosas quedaron cubiertos.
En principio me asusto, no era normal que en lugar del vello negro aparecieran florecitas. Después me pareció una señal de la bonita situación que estaba viviendo. Siempre supe que esta cursilería mía me iba a matar. Y ahora que las raíces de las margaritas han acabado con mi hígado y los pinchos de las rosas tantean mi estómago puedo decir que tenía razón.
Al menos tengo un consuelo, no soy el único jilipollas, al parecer a un enamorado yankee de Albuquerque le detectaron un tumor cerebral con forma de corazón, el pobrecillo se emocionó, negándose a que cualquier científico de estrecho pensamiento racional tocara con guantes de látex su adelantada postal de San Valentín. Tuvieron que declararlo demente para poder extirpárselo. Ya nadie cree en el amor, todos se han enterado que el corazón te puede matar.

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