sábado, 26 de noviembre de 2011

mi cabeza

Te descalzaste al entrar, no querías hacer ruido. Entraste por el pasillo de la tristeza. Cuando se apagaron las luces, entendiste, siempre fuiste muy lista, que tocaba seguir avanzando. Tocaba la sala de la nostalgia. tampoco te dió tiempo a instalarte, la oscuridad volvió a invitarte al traslado. Esta vez, la habitación de la indiferencia, era más grande, pensada para estancias más largas, aunque algo fría. Cuando ya estabas acabando de pintar e instalar la calefacción las luces se apagaron.. Nueva mudanza. Esta vez no había cartel con el nombre de la habitación, era calurosa, acogedora, espaciosa.
Ahora casi no noto tu presencia, de vez en cuando me llega una oleada de tu olor, y cuando estás cansada y no tienes la paciencia para andar tan cuidadosamente, puedo notar como apoyas tus dedos suavemente para después descansar todo tu peso sobre los talones.

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