lunes, 28 de noviembre de 2011

ritmo

Me pongo a escribir con la certeza de que lo mejor que podía escribir ya lo he hecho. Ahora me doy cuenta, después de muchas frustraciones. Desde el comienzo me planteé esto como un test de Cooper, siempre mejor, más intenso, ni un paso atrás. Pero mirando por el retrovisor, desde hace cinco años los pitidos se ralentizan, o a lo mejor es que sólo escucho algunos, ahora hay música, a veces ruido.
Los músculos parecen agradecidos, los latidos se distancian y me siento cada vez más cómodo con cada nuevo cambio de ritmo. Este no era el plan. Siempre pensé que acabaría por reventar, pero parece que el final será un tranquilo paseo coral con etapas en cada banco del camino, obligándome a levantarme con los esporádicos pitidos que sea todavía capaz de percibir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario