lunes, 12 de diciembre de 2011

remember, remember

Podía haber sido otra cosa. Un pañuelo con gotas de su perfume, un fular o su sudadera con capucha debajo de la que solo se podía ver su media sonrisa, su nariz Shrekiana y los ocho pelos de su flequillo. Pero no, solo me quedó un sujetador. y ni siquiera me gustaba, era de un blanco gastado, que transparentaba. Pero por lo menos era el sujetador que llevaba en nuestra primera cita. No es que tuviera la oportunidad de destetarla el primer día pero los tirantes lo delataron.

Cuando tiempo después vi el sujetador en cuestión me indigné un poco, fue una cita programada una semana atrás, y no escogió sus mejores prendas interiores. Supongo que ya habría programado una noche de no sexo. Lo cual me hace sentirme débil, la gran meta para un hombre debe ser acostarse con una chica la primera noche, que tenga la regla, esté sin depilar y haya cenado boquerones en vinagre. Dando por supuesto que tenga un poco de pudor, y se sonroje cuando rebusques entre la mata de pelo o salgan algunas gotas de sangre.

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