miércoles, 3 de julio de 2013

orgullo

Me duele el orgullo, y jode igual que si fuera la bondad o la generosidad.

silueta

Siempre te escribo a tí, me resulta fácil escribir en segunda persona del singular, a esa silueta quieta en la pared, que me da sombra en invierno y se vuelve traslúcida en verano. En tí voy proyectando las caras de los actores de mis historias, les saco de Barcelona o París les pido que se estén quietos, lanzo las palabras como Guillermo Tell las flechas, no apunto a manzanas verdes sino a las partes de mí que hay en ellos, restos concentrados, desparramados, que van quedando fijados en tí, confundiéndose y mezclándose unos con otros.

Compartiendo sentimientos

Abrámonos el pecho con cuchillos oxidados y hoja quebrada.